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  • Foto del escritorMaría Osorio Gómez

COMENTARIO SOBRE “EL PELIGRO DE ESTAR CUERDA, DE ROSA MONTERO” POR UNA LOCA MEDICADA


Hace unos días terminé el libro, y empecé a escribir esta reseña sentada en una panadería, mientras espero a que mi hija salga de su clase de teatro. Debo confesar que el libro se me ha deslizado de las manos, más de una vez, y no porque me costara leerlo o me aburriera y casi dormitara, sino que me he sentido tan identificada, tan doliente, tan cuestionada.


Empezaré por contar cómo llegó este libro a mí, fue un regalo de cumpleaños; sin embargo, para ser sincera hace unos meses se lo envíe de regalo a una amiga por su cumpleaños, también. Sin leerlo, asumí que le encantaría a mí amiga, pues Rosa Montero ha tenido excelentes novelas. Así que al leer la reseña que decía “texto hibrido, entre la novela y el ensayo, donde encontrará una historia fascinante”, supuse que sería una historia extraordinaria. Linda, si estas leyendo esto, perdóname por ese regalo, entendería perfectamente si odiaste el libro o si no lo leíste completo. Y esto lo digo, no porque el libro sea malo, además quién soy yo para dar semejante calificativo a un texto tan vendido, sino porque evidentemente no era lo que esperaba.


La reseña debería ser algo así como, este libro es un ensayo con un estilo narrativo casi novelesco, o tal vez, disertaciones de una novelista sobre la locura y su propia historia, bueno qué se yo, cualquier otra cosa, menos un texto hibrido, quizá estaría mejor esta, escrita por Rosa Montero en su propio libro:


De eso precisamente va este libro. De la relación entre la creatividad y cierta extravagancia. De si la creación tiene que ver con la alucinación. O de si ser artista te hace más proclive al desequilibrio mental, como se ha sospechado desde el principio de los tiempos: «Ningún genio fue grande sin un toque de locura», decía Séneca. O Diderot: «¡Cuán parecidos son el genio y la locura!». (p. 13)


Eso, seguramente me hubiera llevado a una relación más real con el texto. Sin embargo, como me ocurre en muchas ocasiones, inicie con ciertas expectativas, y mientras avanzaba, mis expectativas se destruían y la realidad del texto me aplastaba.


El peligro de estar cuerda me ha tomado por sorpresa, como decía, esperaba una novela. Una novela donde la narradora tuviera conflictos con su locura y, este mundo que solo acepta una “normalidad”, la cuestionara y la llevara a callejones donde sólo el arte la pudiera salvar. Si, lo sé, suena cliché; sin embargo, no es eso lo que encuentro en libro. Al contrario, me encuentro con una voz narradora que me cuenta y ensaya sobre qué significa, cómo se siente, cómo se vive e incluso, cómo se muere cuando la locura inunda la vida.


Pone un sinfín de ejemplos de escritoras y escritores que han abrazado la locura, se han perdido en el mar de las palabras y han logrado un lugar en la historia para sus textos.


Está, por ejemplo, la tremenda y poderosa Alda Merini[1] (1931 – 2009), una de las poetas esenciales de la literatura italiana, que pasó varias veces por el psiquiátrico, en una de las ocasiones durante una década entera. Era mística y también erótica, tuvo varios amantes y un puñado de hijos, y estaba presa de su bipolaridad y al mismo tiempo tenía la libertad radical, dolorosa y sobrecogedora de quien habita en un mundo paralelo. (el subrayado es mío) (p. 85)


Esto me ha puesto a pensar en la posibilidad de dejar mis medicamentos, en permitir que mi cerebro vuelva a arañar la realidad desde el foco de la locura y quizá así pueda explorar ese genio creativo que se me escapa, tal vez por falta de talento o por efecto secundario de los medicamentos para la bipolaridad. Cómo saberlo si sigo presa de la medicación.


Más adelante, en el capítulo Contra el miedo plantea como escritoras y escritores pasaron por manicomios y lucharon con los efectos de los medicamentos “«Nada cuesta más que mantenerse cuerdo contra la arremetida de los fármacos»” (p. 164), retoma lo escrito por Kate Millett[2] mientras se encontraba en el manicomio, presa del miedo por la posibilidad de enfrentar los electrochoques. Y Montero continúa


Como siempre, como todos los artistas, para sobrevivir se aferra a la creación: «Tienes que escribir para salir de esta. Solo el trabajo te permitirá conseguirlo […]. Trabajar te salvará, no esas asquerosas píldoras y decirte que estás loca» Y más adelante dice, igual que me dijo Ray Loriga: «Preferiría morir antes que dejar de ser artista, dejar de producir, escribir, pintar». (p. 164)


Es decir, no seré una artista consumada, no podré llegar a escribir lo suficientemente bien, pues soy presa de los medicamentos, me he encadenado mi propio genio creativo. Es esto lo que quiere decirme Rosa Montero. “Aunque también cabe preguntarse si, en casos extremos, uno puede llegar a preferir la salud a la obra. ¿Habría escogido Van Gogh ser menos genial y no sufrir tanto?” (p.  165)


No podremos saberlo, sin embargo, no puedo evitar recordar a Aquiles, quien prefirió una vida corta, pero con fama eterna. Al final, vamos a morir, evidentemente también elegiría la fama eterna. Entonces, por qué no dejó los medicamentos, abrazo mi locura y espero que el genio creativo se apoderé de mí.


Simple, bueno no tanto, porque la locura no es sinónimo de creatividad, también viene acompañada con miedo, con autolesiones, con descontrol, con un dolor más allá de lo que puedo describir, con un no saber que te lacera el cerebro y entonces, te impide incluso escribir, algo más que tus propias miserias.


En resumen, he escrito todo esto para decirme a mi misma que no dejaré los medicamentos, que quizá no sea genial como Van Gogh, Virginia Woolf, Sylvia Plath, Emily Dickinson, Ann Kavan, Alda Merini y otras tantas que nombra Montero. Pero, también que me niego a seguir afirmando que la creatividad y el talento sólo se logran abrazando mi locura, permitiendo que mis heridas sangren sobre aquellos que no lo merecen, como mi hija. Me niego a seguir pensando que ser artista, es decir, escritora equivale a terminar consumida por mi dolor quitándome la vida en una esquina cualquiera.

 


[1] Para más información de Alda Merini https://www.zendalibros.com/5-poemas-de-alda-merini/ 

[2] Para más información de Kate Millett https://www.mujeresenred.net/spip.php?article2288 

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