Debo decir que el viernes 01 de diciembre lo esperaba hace mucho, y no porque fuera el inicio de la navidad, o porque ese día empezará a trabajar en un colegio de Ibagué, sino porque un lugar que se ha convertido en mi refugio, en algo así como la materialización de un sueño. Estoy hablando de Ala de Colibrí, un espacio donde puedo leer, tomar café y compartir de maneras increíbles esta pasión por las letras. Ala de Colibrí se ha convertido en uno de mis lugares felices, donde he celebrado muchas de mis pequeñas y grandes victorias y, esto lo digo para que entiendan un poco mi emoción por la llegada del 01 de diciembre.
Semanas antes Ala de Colibrí anunció que el 01 de diciembre Mery Yolanda Sánchez[1] haría el lanzamiento de su novela El atajo a las 6:00 pm. Debo confesar que entré en pánico, escribí en mi agenda y dije, en voz alta (como manifestándole al universo o tal vez retándole) “Como sea tengo que ir”.
Conocí la literatura de Mery Yolanda, cuando hacía mi Licenciatura en la Universidad del Tolima, el profesor Jorge Ladino la llevó a su cátedra de Literatura Regional. Yo ya traía algunas obsesiones con la violencia histórica de Colombia y, la poesía de Mery Yolanda fue un descubrimiento fascinante, desde entonces la recuerdo, la recomiendo, la sigo en redes, la releo e incluso escribí una ponencia titulada “Mery Yolanda, letras más allá de la poesía”, para el II Simposio de Estudios Literarios en el 2018[2].
Es decir, verla, escucharla y tal vez hablar con ella me llenaba de emoción. Le conté a todo el mundo que iría al evento. Estaba más que emocionada con esa posibilidad, con ese espacio tiempo.
El día llegó, era 01 de diciembre, la alarma sonó a las 4:20 am, debía ir a mi primer día de trabajo, sin embargo, lo primero que pensé fue “Hoy escucharé a Mery Yolanda”. No fue un día normal, en el colegio realizaban la última novena (si se ha preguntado por qué empecé a trabajar cuando los colegios están a punto de irse a vacaciones, esa respuesta se las puede dar la Secretaría de Educación de Ibagué, que demoró el proceso de nombramiento), también hicieron un compartir y, mientras conocía a mis compañeros, anhelaba que fueran las 6:00 pm.
Convencí a mi hermana de llegar a las 5:00 pm, a la librería, y si hubiera podido llegar a las 2:00 pm, lo hubiera hecho, pero soy una mamá que lleva a su hija a clases de teatro, así que ni modo. Quería ser la primera en llegar, para poder sentir la emoción de ver como se ocupaba, elegir el mejor lugar para ver y escuchar, sentarme e irme sosegando para escuchar y estar con todos los sentidos en el espacio.
Los minutos pasaban, las personas iban llegando y las sillas fueron ocupadas, tanto que muchos tuvieron que estar de pie o sentarse en el piso. Mery Yolanda sería acompañada por el poeta y profesor Nelson Romero[3], así que la velada era muy prometedora. Dos poetas hablando del acto creativo, sería sublime, según yo.
Nelson Romero tomó la palabra y su voz fue suave, pero hostil. Es decir, casi no se escuchaba, pero se refería a la invitada como si ella no estuviera ahí. Intentó dar las fechas y nombres de las obras de Mery Yolanda, pero las decía mal, y la poeta lo corregía, yo pensaba, cualquiera olvida esas cosas, es normal.
A medida que avanzaba el soliloquio de Romero, mi hermana y yo nos mirábamos con desconcierto. Él parecía desconocer la obra y a su creadora. Hubo un momento que dejé de justificar su tono de voz y pensé, esto es mucho más que nervios, olvidos o falta de preparación. Ese momento preciso fue cuando dijo que la obra de Mery Yolanda era visceral. Entonces, me pregunté ¿qué quiere decir con eso? O mejor ¿Por qué dice esto? Recordé las veces que han descalificado mis argumentos o sentires en varios espacios por ser “viscerales”, y me pregunté francamente, ¿acaso la está ninguneando o yo estoy exagerando?
Él seguía hablando, sin prestar la menor atención a Mery Yolanda, incluso cuando se refería a ella lo hacía por su nombre completo, además planteó la voz narradora de “El atajo” como masculino. Cuando Mery Yolanda, por fin tomó el micrófono y empezó a contar cómo había sido gestada su novela, y cómo “El atajo” era el resultado o mejor un ejercicio de catarsis de un viaje por el litoral Pacífico, comprendí que la voz narradora era femenina, que era la propia voz de Mery Yolanda la que hablaba y sentía en esas páginas.
Romero hizo un par de preguntas, enfatizó que la obra de Mery Yolanda era una escritura comprometida y enumeró otros escritores masculinos, que también habían trabajado el tema de la violencia en su literatura. Aquí debo confesar que la voz de Romero se me hacía cada vez más inaudible, no estoy segura si era por fallas en el sonido o por mi propia animadversión que crecía y lo silenciaba en mi cabeza.
Mery Yolanda, leyó un fragmento de su novela, el número 13, nos dejó dudas y ganas de leerla. Digo nos dejó, porque mi hermana y yo compramos su libro. Habló de su proceso escribiendo el texto, como habían sido siete años escribiendo, sanando, puliendo, decantando, todo eso que se le había ido pegando en el alma durante ese recorrido.
Abrió un espacio a las preguntas, fue sincera y franca con sus respuestas. Por supuesto, alcancé a preguntar por las consecuencias de marcar su escritura como una literatura comprometida. A lo que ella respondió que su único compromiso es con la vida, que nunca ha pertenecido a ningún partido, y tampoco a ningún sello editorial y que eso le ha permitido ser libre, libre de escribir lo que vive, entre esas vivencias está la violencia, pues es una realidad que no podemos desconocer o minimizar.
Yo quería más, quería sentarme, tomar café y decirle que su poesía era una de las cosas más bellas que he leído, que su poesía me ha llevado a pensar en la condición humana, como algo tangible, lo más humano, el dolor y el adiós.
[1] Para conocer un poco la escritura de Mery Yolanda, puede leer su libro: Un día Maíz, en el siguiente enlace: https://www.uexternado.edu.co/wp-content/uploads/2017/01/55-Un-dA%CC%83-a-maA%CC%83-z-Mery-Y.-SA%CC%83%C2%A1nchez.pdf
[2] Si quiere leer la ponencia, la encuentra en este mismo blog, como Mery Yolanda, letras más allá de la poesía.
[3] Para conocer un poco al poeta y profesor Nelson Romero https://www.artesanadepalabras.com/copia-de-poeta-del-mes-3
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