Salí por unos huevos, 🎶la la la🎶 Entre al supermercado, dije: buenas noches, tienes huevos. A lo que la señorita (muy joven) respondió: sólo de 500, señalando con su mano el lugar donde estaban.
Camine hasta el fondo de la tienda, mire la alacena buscando una bolsa, sin encontrarla. Escogí los huevos, 🎶la la la🎶 puse los cinco huevos en la registradora, y regrese por el celular, que había dejado al lado de la cubeta, pues no tenía bolsillos.
Quizá para romper el silencio ella dice: ¿está embarazada? Y yo, me volteo la miró y pregunto: ¿cómo? Dándole quizá oportunidad de pensar mejor, pero no! Ella remata diciendo, por la barriguita, está embarazada? Seguramente me puse roja, verde, morada o quizá gris, triste y con rabia susurré: No se pregunta por los cuerpos ajenos. Ella balbuceo excusas, yo me enfrasque en el silencio.
No la miré, pagué y salí con mis cinco huevos, odiando no sólo mi cuerpo, sino el comentario, la voz, el aire, el huevo, la vida misma.
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